BLOG LITERIO DE MARIO PÉREZ ANTOLÍN







viernes, 16 de diciembre de 2011


Me niego a rellenar las lagunas de la ciencia con mistificaciones idealistas y relatos justificativos. Es más digno trabajar con hipótesis o conjeturas cuando se llega al límite del conocimiento (a la espera de una comprobación o refutación ulterior) que defender ciega y doctrinariamente nuestros artefactos propositivos acríticos, que sólo sirven, en el mejor de los casos, para meter la realidad en una chistera y salir a trompicones del atolladero, y, en el peor, para justificar las mayores atrocidades y aberraciones sociales que han tenido lugar en la historia.
A mí me da más miedo y aprensión el dios omnisciente, el dogmatismo ideológico y la tabla rasa que “el gen egoísta”, la teoría de la evolución o el Big Bang. En el primer caso nos encontramos con afirmaciones excluyentes, absolutas y finalistas; en el segundo, con una praxis metodológica, especulativa, cognitiva y combinatoria. Unos nos proponen el fin del camino, otros ir subiendo los peldaños de una escalera cuyo final desconocemos.

miércoles, 28 de septiembre de 2011


A los occidentales nos sorprende sobremanera que la acción pueda tener una filiación genética, que su origen pueda estar en una serie de encadenamientos hereditarios, algo que, por otro lado, hoy ya nadie cuestiona en el ámbito de la Biología desde que se hicieron públicas las pioneras investigaciones sobre el cromosoma y el genoma humanos.
El Oriente budista, en cambio, acepta la “Ley del karma” como una pulsión psicológica que sólo puede ser interrumpida apagando el deseo, pero ha sido más refractario a la hora de aceptar los axiomas científicos que desembocan en el determinismo.
Es curioso este cruce evolutivo de tradiciones opuestas y paradójicas que, bien miradas, nos conducen a una misma conclusión: la libertad es condicional y tiene un precio muy alto. Estamos siempre bajo la jurisdicción de entidades ajenas y bajo la sospecha de hacernos autónomos. Ambas tradiciones son, en mi opinión, intimidatorias y engañosas en cuanto que preconizan una ontología orbital anclada en los fundamentos mecánicos de la pseudociencia o la religión. Todo menos reconocer que el único principio relevante es el de incertidumbre, y la única libertad posible es la aleatoria.

domingo, 14 de agosto de 2011


Cuando se descompensa el equilibrio en la cotización entre seguridad y libertad en beneficio de la primera, es porque los poderes públicos han intervenido los mercados imaginarios con remesas suplementarias de miedo para aumentar el valor del sometimiento y reducir el riesgo de la emancipación.




Desde que nacemos se nos enseña a estar permanentemente en guardia; este estrés acompaña nuestra vida con algunos reclamos o señuelos que, a modo de hitos de ambición, nos indican el camino.
Atrapados en las estrechas coordenadas del binomio éxito-fracaso, adquirimos unas pautas de comportamiento extremas que no distan mucho de la selección artificial y del reconocimiento colectivo.
Este nuevo paradigma sólo puede ser cuestionado mediante su reducción al absurdo: o todos nos ponemos del lado de los ganadores, o todos del lado de los excluidos.

jueves, 7 de julio de 2011


Un somero análisis del comportamiento social en “la era de la información” nos indica que los ciudadanos han dejado de ser sujetos activos, con capacidad de decisión y sentido crítico, para convertirse en extras de una escena coral en la que el libre albedrío se sustituye por consignas emitidas, a través de los altavoces manipulados de la superconciencia colectiva, en papilla informe o en unidades blindadas, según el papel que toque interpretar en el show de la realidad clonada.
El tejido social ha perdido la musculatura y se ha metamorfoseado en una masa adiposa capaz de adquirir cualquier forma, de asimilar cualquier cultura, de apropiarse de todas las identidades y transformarlas en un subproducto de entretenimiento que permita la evasión de la realidad para caer en una recreación ficticia, controlada por la nueva oligarquía de “analistas simbólicos”.
¿Quién puede luchar contra un espejismo cuando se está alienadamente a gusto?
¿Quién quiere oponerse a la narcótica atmósfera esterilizada que nos protege del mundo exterior dominado por la guerra, el radicalismo y la pobreza generalizada?
Hoy el dilema se plantea entre subir al transatlántico del crucero feliz o quedarse en tierra para soportar el desarraigo del mundo desolado. Otra posibilidad ante esta disyuntiva es la verdadera subversión del sistema: el realismo militante.

martes, 21 de junio de 2011


Me preguntáis qué es lo que mueve en última instancia las acciones del hombre, y yo os contesto que “la voluntad de poder”.
La ocupación y la dominación de los nichos sociales con un alto grado de territorialidad jerarquizada dependen de la supremacía de la voluntad (entendida ésta como comprensión del yo, modulación de las pasiones y esfuerzo de competencia) y, llegado el caso, de una total falta de escrúpulos. El poder es una droga estimulante, de efecto sensitivo-emocional-intelectivo, que busca en el dominio del objeto el imposible control del sujeto, el cual por esencia es inasible. Este aparato de resortes encadenados, de flujos de sometimiento mutuo, pone en funcionamiento los mecanismos de la política como suma capilar de esfuerzos por expandir nuestra ilusoria estrategia de victoria y rapiña acaparando, con el menor número posible de individuos, el mayor número posible de decisiones.

domingo, 15 de mayo de 2011


Suponed que algo ha acontecido, da igual el hecho concreto. Haced las pesquisas necesarias para comprobar si vuestra suposición es razonable. Una vez afianzada metódicamente la hipótesis, empezad a deducir las causas y las consecuencias, es decir, el Génesis y el Apocalipsis. Continuad tejiendo todo un entramado narrativo con personajes, anécdotas, traiciones, amores, y especialmente no dejéis de colocar una víctima en el clímax de la acción dramática.
Si el resultado de vuestra especulación es creíble y sobre todo indemostrable, tendréis muchas posibilidades de convertiros o en un evangelizador, si alguien os cree; o en un escritor, si alguien os lee; o en un mentecato, si todos os niegan. El resultado será bien distinto, como podéis apreciar, pero el origen de la superchería es el mismo.

viernes, 15 de abril de 2011


Preferimos llamar discapacitado al lisiado, invidente al ciego, mayor al viejo, regulación de plantilla al despido, enfermo mental al loco; aunque no nos atrevemos a cambiar de nombre a Dios, al dinero, al Estado...
Somos cobardes hasta para jugar con las palabras. Es más fácil modificar los fonemas que la realidad; quizá sea la Lingüística la única forma de revolución posible.
La heterodoxia siempre tiene que ir disfrazada y el poder a pecho descubierto, en eso consiste la lucha de clases, la cual ha alcanzado un nivel de sofisticación tan importante que, al fin, hemos interiorizado la subyugación mediante un sistema de autocensura e inhibidores que funcionan como un mecanismo coercitivo de referentes simbólicos entre cuyos marcadores encontramos en lugar preeminente lo políticamente correcto, como dominación nigromántica por manipulación mental, que se basa en amputar parte de nuestra cosmovisión y sustituirla por el eufemismo de un parque temático donde todo es perfectamente armonioso, aséptico, cursi, amorfo...

martes, 22 de febrero de 2011


Yo estuve en Túnez un año antes del estallido y nada hacía presagiar que el descontento manso de los ciudadanos se convirtiera en una sublevación contra el tirano. A veces basta el proceder ejemplar de un mártir para que el resto comprenda que su resignada tolerancia ha sido puesta en evidencia definitivamente.




Cuando ya había prendido la mecha revolucionaria en Túnez y se preparaba en Egipto, muchos expertos dijeron: “Sí, pero Egipto no es Túnez”. Cuando ya había prendido la mecha revolucionaria en Egipto y se preparaba en Libia, muchos expertos dijeron: “Sí, pero Libia no es Egipto”. Por lo que parece, algunos aún no saben que nada hay tan contagioso como el ansia de libertad y nada tan imitable como la urgente exaltación.

sábado, 5 de febrero de 2011


Las ideologías son todas igual de dañinas: exigen nuestra convicción, pero no pueden complacer a nadie.



No encuentro mejor forma de meditación que la siesta en duermevela con un sonido monótono de fondo, algo así como el estado hipnagógico del sueño con acompañamiento minimalista.



Después del 11 de Septiembre existe un pánico obsesivo hacia el terrorismo fundamentalista y la proliferación descontrolada de armas de destrucción masiva, si bien la ortodoxia del mercado sigue utilizando la más letal, tradicional, barata y silenciosa de las armas para deshacerse de los pobres, controlar la población y ajustar el sistema: el hambre.

sábado, 8 de enero de 2011