BLOG LITERIO DE MARIO PÉREZ ANTOLÍN







viernes, 21 de diciembre de 2012


El oxígeno que nos permite vivir al mismo tiempo nos oxida y nos hace envejecer. Toda una declaración de intenciones resumida en una reacción química.

 

 

 
Pocas cosas tan sabias y difíciles como pasar inadvertidos cuando conviene. No hacer alarde de las propias virtudes es un reto para nuestro orgullo, un sacrificio para nuestra estima, una muestra de prudencia y la única manera de no caer en las redes de todos los enemigos que nos acechan. Si se quiere sacar partido, hay que dar pena y no envidia.

domingo, 4 de noviembre de 2012


La única manera de refutar la filosofía trascendental kantiana, planificada según una propedéutica del sistema de la razón pura, es proceder a la desactivación del entramado lógico que plantea, pero no sobre la base de los principios del empirismo vulgar o del materialismo grosero, ni siquiera valiéndonos del vitalismo irracional o de los últimos avances cognitivos de la psicología evolutiva, sino mediante un reajuste proposicional que descubra las creaciones fácticas convencionales de la realidad objetiva y las sustituya por unidades cuánticas de información, y que identifique los predicados operativos de deducción subjetiva y los convierta en transmisores complementarios de representación especular o en campos modales realimentados por energía, plasticidad y fuerza.

miércoles, 15 de agosto de 2012

Es curioso comprobar cómo en la actual sociedad del conocimiento los depositarios de esta facultad, que en épocas pretéritas gozaban del prestigio propio de su rango, se ven relegados a una posición subalterna y con escaso reconocimiento.
El estatus requiere de la exclusividad minoritaria y la dominación jerárquica. La élite política y la oligarquía económica no han permitido la generalizada penetración en su condición y naturaleza irreductibles; no ha de extrañar, pues, que sigan gozando de la máxima valoración que se atribuye a los bienes escasos. Por el contrario, el saber o, mejor dicho, la posibilidad de saber, se ha extendido, convirtiéndose en la única vía democrática con la que romper la estratificación clasista del cuerpo social. De los atributos significativos del poder, tan sólo éste se ha escindido del núcleo fundacional para, gracias a una concesión inevitable ante las reivindicaciones de la lucha de clases, universalizarse mediante una oportunidad de promoción limitada.
Lo que antes estaba reservado a unos pocos, hoy está al alcance de casi todos; por eso, profesores, académicos o investigadores han sido desbancados del lugar preeminente que ocupaban. Ellos, que eran unos aliados en la hegemonía política, son vistos ahora con recelo al difundir una mercancía intangible, a la que puede acceder un número masivo de individuos, e impregnarse de esta obsesión igualitarista. Parece lógico, por lo tanto, que hayan caído en desgracia, perdiendo los emblemas de su autoridad en un entramado educativo ingobernable, caracterizado por el fracaso escolar y la depauperación de sus contenidos.

domingo, 17 de junio de 2012

La enfermedad tiene un efecto físico, existencial y ético sobre nuestra percepción de la vida y sobre nuestra intuición de la muerte. Con todo, estas contingencias apenas son nada en comparación con el influjo que ella puede llegar a tener en el campo de visión heurístico de nuestro intelecto, aumentando la profundidad penetrante a través de una sugestión controlada de la lucidez extrema. Llegar a la verdad requiere arrimarse a los pitones afilados de la muerte.





Aliviar los tres miedos que oprimen el corazón humano desde el origen de los tiempos hizo que se abrieran camino la religión, la sociedad y las leyes. Hoy nos damos cuenta, demasiado tarde, de que sus consecuencias nos dan más miedo que la muerte, la soledad o el ridículo.

sábado, 28 de abril de 2012


Lo que nos angustia no es que esto se acabe, sino que nadie recuerde al secundario que hizo un pequeño papel en una película hace tiempo olvidada. Borrar el pasado equivale a no acontecer. No por otra cosa tenemos hijos: son los notarios que dan fe de nuestro paso por la vida y certifican nuestro fracaso.





La representación de la realidad puede ser preventiva, simultánea o diferida. En el primer caso, me anticipo y evito que me coja desprevenido, preparando mi conciencia ante lo inminente. Corro el riesgo, eso sí, de inducir un constructo figurado en un escenario virtual incorrecto.
La siguiente posibilidad, que surge mediante una coincidencia temporal, lleva necesariamente a la improvisación desesperada y catastrófica de estrategias de resistencia regidas por la casualidad...
Por último, retrasar la representación supone una postura evasiva de ocultamiento que pretende ganar tiempo hasta que mis defensas estén en condiciones de encajar el golpe. Para entonces, quizá, lo irreversible y avanzado de las consecuencias ulteriores impida que asimile de forma espontánea el hecho.

domingo, 25 de marzo de 2012


La impunidad de un tenedor grasiento que esconde su afán mutilador en el diseño funcional del arte gastronómico.
El que no sabe ocultar sus verdaderas intenciones en la tramoya inicua del fingimiento, con la astucia evolutiva del camuflaje, suele convertirse en el señuelo fácil que descarga de responsabilidad a quien se hace con el botín. Detrás de cada culpable confeso hay un sospechoso impune, y acaso sean la misma persona.




Necesitamos del sentido para que la realidad no nos aplaste. Da igual como se manifieste, lo importante es no sabernos insignificantes en un mundo irreductible a nuestras categorías.
¿Dónde se inicia la divergencia de las coordenadas de orientación en la topografía física y en la representada?
¿Cómo se superponen los planos fácticos y los teóricos?
¿Por qué nuestra identidad se inflama cada vez que entra en contacto con la nada?
En algún momento de la hominización debimos comprender que si no rompíamos las cadenas de los sucesos necesarios, al precio de un equilibrio inestable y de un deseo insatisfecho, estábamos abocados a una pronta extinción.

sábado, 25 de febrero de 2012


Lo estático y lo dinámico, la función y la decoración, el icono y el paisaje… todo amalgamado en unos artefactos imprescindibles para la molienda, que rompen la horizontal monotonía de los agostados campos manchegos y que, en su mudable constelación simbólica, adoptan la forma laboriosa de la máquina constante, vistos por la razón práctica del escudero, o la forma épica del gigante desaforado, vistos por la razón fantástica del hidalgo.
“No son gigantes, sino molinos de viento”, advierte Sancho con cierta sorpresa, pues todavía no sospecha, por tratarse de una de sus primeras hazañas, hasta dónde puede llegar el torrente alucinatorio de su señor. Éste recrimina y pone en su sitio al criado utilizando dos argumentos de autoridad escolástico-feudal, el conocimiento y el valor: “Bien parece que no estás cursado en esto de las aventuras: ellos son gigantes; y si tienes miedo quítate de ahí, y ponte en oración”.
El lance es desigual, y ello lo hace más grandioso, porque las resonancias del drama transforman la anécdota en gesta. Las aspas giran sin percatarse del jinete estrafalario que se aproxima al galope para, encomendándose a su señora Dulcinea, en una acción heroica y desesperada, sacrificar al último representante de la caballería ante la primera industria de la era tecnológica. Una alegoría del final de la Edad Media y del inicio de la modernidad.
Tamaña desgracia sólo se explica por la intervención de sabios y encantadores, que quitan la gloria al que se la merece y ofrecen el éxito a los cobardes y fementidos. De esta manera nuestro protagonista podrá salvar la cara mediante una reducción eidética que purifique los fenómenos de su carga empírica hasta convertirlos en esencias significativas, las únicas de las que necesita dar cuenta un caballero ante su dama y ante la posteridad.
Nadie preguntó a los molinos de viento, y el autor no lo aclara, qué vieron cuando Don Quijote se abalanzaba, lanza en ristre, con el propósito de acometerlos y ensartarlos. Es muy posible que no llegaran a distinguir el porte ni la condición de su enemigo, aunque, sin duda, permanecieron imperturbables ante un intento más del hombre por destruir la realidad con la intuición categórica del pensamiento fabulado. Los personajes de novela necesitan estar rodeados de objetos que no sean novelescos para pasar de la ficción a la verdad.

jueves, 9 de febrero de 2012


La formalización produce en el conocimiento un avance generativo, en la misma medida en que el fin de su predominio permite resolver las ecuaciones del alma; de donde resulta el ser triviales aquellos asertos que convencen más con la mecánica que con la práctica.

sábado, 7 de enero de 2012


Sucesión y revolución dirigen el acontecer primordial en un continuum de hechos acumulados que nunca crean una matriz estable, sino una estructura fluida y polimorfa, que tiene el ajuste como rasgo dominante y la lucha como estrategia decisiva.
Los formatos representables, que nos sirven para descifrar los signos relevantes de los fenómenos sensibles, contienen una red de señuelos y pistas falsas con el fin de replicar la realidad y hacerla inmune a los agentes exógenos. Por ello, la epistemología tiene que tener un método arqueológico en que se incluyan algunos rastreadores de vías muertas, imprescindibles para dirigir el pensamiento hacia el núcleo energético de la voluntad inorgánica.