BLOG LITERIO DE MARIO PÉREZ ANTOLÍN







viernes, 20 de diciembre de 2013


CONJURAR LA BARBARIE

Reseña publicada por Javier Dámaso en ÚLTIMO CERO.
18 de diciembre de 2013.

Tiempo de presentaciones. El pasado día 12 de diciembre, en la librería Margen, se presentó La más cruel de las certezas, de Mario Pérez Antolín, con Prólogo de Victoria Camps y editado por la editorial de Tenerife, Baile del Sol.
No es casual que en un tiempo de barbarie e incertidumbre, como el actual, de pronto, en un par de años desde que Mario Pérez Antolín, autor de este su segundo y excelente libro de aforismos, publicara el primero (Profanación del Poder, 2011), se haya producido una verdadera eclosión del género. Sin duda, ha contribuido a ello la reciente publicación por la editorial Trea de la antología elaborada por el profesor de la Universidad de Valladolid José Ramón González, Pensar por lo breve. Aforística española de entresiglos. Antología 1980-2012, pero esta obra es más la expresión de un síntoma que su causa. El aforismo goza de plena salud. Como género literario, ofrece una fórmula reflexiva, provocadora, asertiva que, pese a los interrogantes que es susceptible de abrir, da seguridad, pues proporciona una racionalidad que persigue poner en orden el mundo.
Y el nuevo libro de Mario Pérez Antolín, La más cruel de las certezas, es un buen ejemplo de la actualidad del aforismo y de su eficacia como medio de expresar una racionalidad frente al desorden. Resulta curioso que como instrumento para conjurar la barbarie actual, dos escritores consagrados, como Mario Vargas Llosa y Alessandro Baricco, hayan escrito con una diferencia de cuatro años sendos libros bárbaros (La civilización del espectáculo, en 2012, el primero, y Los bárbaros. Ensayo sobre la mutación, en 2008, el segundo). Y digo bárbaros, porque ambos libros son en realidad una recopilación un poco elaborada de artículos de prensa, lo que da como resultado unos libros “afables”, de consumo, que luego se olvidan con la misma facilidad que se engulleron. Un buen modo de calmar su conciencia y de hacer dinero a cuenta de la barbarización, contribuyendo un poco más a ella.
El libro de Mario Pérez Antolín procede de un modo muy diferente, pues en sus páginas, aforismo tras aforismo, como un lento goteo de lluvia fina que cala hasta los huesos, va destilando un pensamiento hermosamente escrito, al modo de un largo poema que va lanzando pequeños dardos de reflexión que sorprenden y tocan al lector.
Las materias a las que se refieren sus aforismos son de variada temática. “Poder, sexo, muerte, ética, estética, literatura, metafísica, sociología, psicología”, recoge el breve resumen de la contraportada. Pero también amor, dinero, economía, usos sociales, religión. Como el Zibaldone de pensamientos de Leopardi o los escritos de los autores clásicos, un Aulo Gelio, en sus Noches áticas, el texto de Pérez Antolín recorre la vida misma en sus variadas facetas, de forma que los breves textos aparecen aquí como fragmentos de un todo que se construye como un calidoscopio, configurando una estructura plural y multicolor, de raíz poética, pero de expresión filosófica y estilo en muchas ocasiones narrativo. La pluralidad de temas y matices se entrelazan y continuamente sorprenden a través del impacto del razonamiento recogido en cada aforismo, que como saetas van dejando su huella consecutivamente en el lector. Los títulos de los capítulos recuerdan a veces a Cioran (“En las simas del pensamiento”), a veces a Beckett o incluso a Guillén (el poeta del 27, el bueno, como dijera, si se me permite la broma, Octavio Paz).
El resultado final, entre el calidoscopio y el dibujo de una falla tectónica cortada al bies, es una suma de pensamientos que a modo de colores superpuestos o de estratos, van saliendo a la superficie como si se exhumaran en una excavación arqueológica. Escepticismo y melancolía se conjugan para defender la dignidad del hombre. No se dice cual es la más cruel de las certezas (¿la inevitabilidad de la muerte?), pero bien pudiera ser la creciente barbarización de nuestras sociedades, que este hermoso opúsculo persigue conjurar con lo que el hombre es según la definición científica, homo sapiens, el pensamiento.

http://www.ultimocero.com/blog/la-lanza-ulises/conjurar-la-barbarie

sábado, 14 de diciembre de 2013

LA TIENDA DE BAILE DEL SOL

La Editorial Baile del Sol estrena tienda Online. Ye se pueden comprar directamente sus libros. Una buena noticia para los amantes de la lectura.

http://www.latiendadebailedelsol.org/46-p%C3%A9rez-antol%C3%ADn-mario-la-m%C3%A1s-cruel-de-las-certezas-.html




miércoles, 11 de diciembre de 2013

PERSPECTIVAS

RESEÑA DE JOSÉ LUIS MORANTE A MI LIBRO "LA MAS CRUEL DE LAS CERTEZAS"


En su indefinición el aforismo acoge ingredientes heterodoxos que se mezclan como un material genérico. Son elementos compactos que fortalecen la práctica escritural y que podrían resumirse en tres itinerarios conceptuales: poesía, ética y filosofía. De esos componentes se nutre la aforística de Mario Pérez Antolín (Backnang, Alemania, 1964), poeta, ensayista y profesor. Ya en 2011 editó su primera colección de sentencias, Profanación del poder. Esta salida ampliaba la más convencional semántica del aforismo; el prólogo, firmado por Eugenio Trías, avalaba la inclinación a la incidencia reflexiva y a la escritura de pensamiento de un escritor que prefiere la disertación pautada al vuelo simple y despojado de la frase.

El libro que aquí comento, La más cruel de las certezas, emplea en su desarrollo un muestrario temático que perfila secuencias de nuestro tiempo. El viaje interior –en el que deambula un sujeto concreto que nos permite asomarnos a los devaneos de lo confesional- se da la mano con el ser colectivo, con los contraluces de una sociedad aglutinadora de aciertos y desajustes. En las líneas introductorias, Victoria Camps asevera:“Un buen aforismo es la síntesis lograda de una idea que no precisa de ulterior desarrollo y que desvela la substancia de la autorreflexión”. Es una frase de corte perfecto que invita a entrar en las premisas estéticas de Mario Pérez Antolín para madurar despacio cada una de sus aseveraciones. Nada entorpece más la lectura aforística que el galope alocado de las ocurrencias al paso; por otra parte, la escueta talla del aforismo se lleva mal con oropeles retóricos.

En el extenso páramo de la realidad es donde el buen aforista protagoniza sus incursiones más fértiles. Así sucede en La más cruel de las certezas. Allí están los acontecimientos que jalonan cualquier existencia y que suelen aposentarse entre la emoción y el pensamiento, aunque las notas avancen en ese itinerario azaroso que eligen las nubes de lo cotidiano.

Pérez Antolín halla abundantes estímulos en la sociología. Con innegable afán vindicativo, en un tiempo en el que la práctica de lo público parece un cenagal, el poeta alza la voz y hace de la crítica una baliza disuasoria. El yo se exige a sí mismo coherencia y razones existenciales que vayan más allá del mero reconocimiento de fracturas y rumbos contradictorios; que propicien un convivir bajo una mayor claridad ética. No duda en situarse frente al espejo: “Por lo que se refiere a mis credenciales políticas me considero demasiado nietzscheano para ser de izquierdas y demasiado marxista para ser de derechas. Soy un polemista premeditadamente crítico y ambiguo”.

La más cruel de las certezas muestra un dilatado espacio de intereses. En él dialogan “una poesía que piensa y una filosofía que emociona”. En su diversidad confraternizan una inquieta atención a los episodios del entorno, que siempre dejan entre las manos gotas de conocimiento y belleza, y esa mirada disconforme y porosa que cuestiona apariencias y otorga confianza al pensamiento. Mario Pérez Antolín nos deja sobre la mesa un libro inteligente empeñado en la búsqueda de la palabra exacta.

http://puentesdepapel56.blogspot.com.es/

lunes, 18 de noviembre de 2013


Nuevo capítulo de aforismos de Pérez Antolín

ÁVILARED
Domingo, 17 de noviembre de 2013


Mario Pérez Antolín ha publicado ‘La más cruel de las certezas’, su segundo libro de aforismos, en el que deja en el aire medio millar de breves reflexiones al albur de que el lector las recoja.

En el prólogo, la filósofa Victoria Camps observa la anterior obra poética del autor: “entre la filosofía y la poesía, Pérez Antolín muestra con su escritura que el pensamiento es capaz de emocionar al dejar de ser ese discurso árido que sólo sabe enlazar abstracciones y nos distancia del mundo”.

La escritora Mayda Anias fue la encargada de la presentación del libro el jueves 14, en la que subrayó que el autor llama a la lectura reflexiva, “la que mueve el pensamiento, la introspección y, obviamente, la meditación”, y no conformarse “con pasar la vista por páginas llenas de textos que, una vez finalizada su lectura, reposan en el estante sin haber dejado más huella que la noción de entretenimiento”.

Los aforismos de Pérez Antolín oscilan entre los que se ciñen a una oración simple hasta “breves piezas que rozan el ensayo”, según Anias, quien destaca que igual se toca el tema del poder como la condición humana en sus facetas de virtudes y defectos, experiencia y naturaleza, así como el binomio amor-odio, la memoria, la confusión.

Al presentar la obra, la escritora determinó que algunos aforismos son “teorizantes” en cuanto que el autor escribe sobre parejas tales como ciencia-retórica, creencia-razón, la parte y el todo, el ser y el tiempo, que llegan a ser “exquisitas piezas de descripciones plásticas”, aunque también categoriza otros bajo el título de ‘Escrito para ser borrado’.

Tras la primera obra de aforismos, ‘Profanación del poder’, publicado en 2011, la nueva obra ha sido editada por la editorial Baile del Sol en su colección Textos del desorden.

Algunos aforismos
-Lo más terrible es que no hace falta ser un depravado para violar mujeres, secuestrar niños y arrasar aldeas. En la guerra basta con recibir el adiestramiento necesario y ponerse en situación; entonces un anodino oficinista de los Balcanes, un simpático mecánico de Oklahoma o un laborioso campesino de Uganda es capaz de hacer lo que jamás creyó que podría haber hecho”.

-Dicen que enloqueció de tanto mirarse por dentro, pero yo sé que otras fueron las causas: cuidaba un canario con verdadero esmero; en la tertulia de los domingos era recibido como un camarada; sus hijos, a los que apenas escribía, nunca faltaron en Navidad ni en sus cumpleaños; después de comer se daba un pequeño paseo con su viejo automóvil por los caminos de siempre. Estas cosas lo mantenían a flote, y, poco a poco, las fue perdiendo: el canario murió, disolvieron la tertulia, los hijos emigraron y no consiguió renovar el carné de conducir. Entonces supo que tenía que abandonar este mundo de una u otra forma, y el suicidio le acobardaba.

-El mejor cobijo lo he encontrado debajo de los árboles frondosos. Las cúpulas de las iglesias me aplastan, a las casas les falta ventilación, en los puentes la humedad te cala los huesos y adentrarse en las cuevas supone pactar con la negrura. Solo cerca de la corteza de un árbol presiento el acogimiento de las madres.

-Ya nadie espera a nadie. Quien más quien menos disfruta cepillando pelucas postizas para cabezas enroscables. Los salones son lugares de paso y los andenes del metro carecen de encanto. ¿De qué sirve abrazar un colector por el que solo se vierten escalofríos? ¿A quién le importa que las cosechadoras trituren los nidos de las avutardas? Menos mal que te tengo cerca, a esta distancia las decepciones ni se notan.

-La linealidad evolutiva de los procesos acomodada a organismos vivos causa risa: juventud, madurez y vejez. Por el contrario, como los estratos del terreno, una secuencia está llena de pliegues, fallas, desmontes, discontinuidades e inversiones que colocan lo pretérito encima del futuro, el efecto antes de la causa y la decadencia precediendo a la plenitud.

http://avilared.com/not/7548/nuevo_capitulo_de_aforismos_de_perez_antolin/

Presentación de La más cruel de las certezas, de Mario Pérez Antolín. Librería Letras, 14 de noviembre


Por: Mayda Anias.
Ayer una editorial me pidió una breve semblanza biográfica y les envié esto: «Mario Pérez Antolín (Backnang, 1964) vive en Ávila, como podría vivir en cualquier otro sitio. No posee ningún premio, ni quiere poseerlo. Se gana la vida enseñando cosas insignificantes. Es autor de algunos libros que no tuvieron éxito y que muy pocos leyeron. Con mucha dificultad y después de grandes esfuerzos ha conseguido dejar su currículo en blanco».
Este aforismo, uno de los primeros de la sección Escrito para ser borrado hace honor al mensaje, dado que bien pudiera borrarse la frase “libros que no tuvieron éxito”, pues así como Profanación de poder ha tenido muy buena acogida de crítica y público lector, el que presento esta tarde merece igual suerte y, estoy segura, la tendrá.
Quienes asisten esta tarde, sin dudas atraídos por un libro de aforismos, conocen de qué se trata o simplemente son lectores de estas sentencias breves, cargadas de significado, que dan pie a una profunda reflexión. Es decir, entre sus preferencias está la lectura reflexiva, la que mueve el pensamiento, la introspección y, obviamente, la meditación, lejos de conformarse con pasar la vista por páginas llenas de textos que, una vez finalizada su lectura, reposan en el estante sin haber dejado más huella que la noción de entretenimiento.
En todo caso ustedes me ahorran comenzar por hacer la historia del aforismo que, ya sabemos, arranca con el pensamiento humano.
No podré detenerme tampoco en explicar la filiación política, filosófica o religiosa de los aforismos contenidos en La más cruel de las certezas, pues ese sería un estudio que sobrepasa la presentación de un libro.
Si pretendiera mencionar, aunque de pasada, aforistas clásicos la lista sería extensísima, pues cada intelectual (entendiendo por este término a los pensadores) ha escrito algún aforismo, o bien, se ha citado alguna frase suya, perteneciente a un contexto mayor, como aforismo.
Con seguridad a todos nos vienen a la cabeza nombres como Séneca, San Agustín, Platón, Aristóteles, Pascal, Proust, Lincoln, Nietzsche, Kierkegaard, Jacques Lacan, Freud, Lichtenberg, Bernard Shaw, Sabuco (Miguel de Sabuco o Doña Oliva Sabuco), Pericles, Dickens, Schopenhauer, Huidobro, Doménico Cieri, Ortega y Gasset. Es imposible no citar a Émile Cioran quien es, en mi opinión de lectora, cuando menos, un escritor fascinante.
Y entre nuestros contemporáneos más próximos, el navarro Ramón Eder, Erika Martínez, y el abulense José Luis Moronte.
Ya sabemos que el aforismo no es un texto menor, sino expresión del minimalismo conceptual y emocional; mucho menos puede repetirse la generalización de considerarlo frase breve. Pienso, por ejemplo en los aforismos de Pascal, Bacon o Lichtenberg, por citar pocos nombres.
En lo que concierne a La más cruel de las certezas, ¿qué va a encontrar el lector?
Un libro estructurado en seis partes o secciones con aforismos de muy variada extensión, desde oración simple, hasta breves piezas que rozan el ensayo; se toca el tema del poder, la condición humana (sus virtudes y defectos, su experiencia, su naturaleza),  y otras entidades dentro de las que incluyo textos que hablan del éter, el binomio amor-odio, la memoria, la confusión… Aforismos que yo he definido como “teorizantes” en los que el autor escribe sobre parejas tales como ciencia-retórica, creencia-razón, la parte y el todo, el ser y el tiempo; la mirada, digamos agnóstica, a la religión, aforismos que son exquisitas piezas de descripciones plásticas, aforismos sobre la muerte, la amistad, el tiempo, la historia…
En La más cruel… el lector se encontrará con que algunas reflexiones están estructuradas en una introducción para que el lector se sitúe en una circunstancia concreta como condición u orientación hacia un tema en particular, por ejemplo, el segundo de la página 54.
En otras, hay momentos de cambio de ritmo con la inserción de una extensa meditación, según el fluir del pensamiento, libre de exigencias formales.
Y en otras, se tropezará con formas poéticas, en estructura y lenguaje, pero en el fondo también palpita la esencia del aforismo.
Por último, yo que he leído los dos títulos que ha publicado Mario, me pregunto si la más cruel de las certezas es la profanación del poder.
En cualquier caso, hay que llegar al final del libro para ir desgranando cada uno hasta dar, justo, con la más cruel.

lunes, 11 de noviembre de 2013


Pérez Antolín publica "La más cruel de las certezas", un nuevo libro de aforismos

DIARIO DE ÁVILA
11/11/2013
David Casillas

No muy lejano en el tiempo su anterior libro de aforismos, Profanación del poder (2011), el escritor abulense Mario Pérez Antolín ya tiene en el mercado otro trabajo que reúne sus reflexiones y su sabiduría vital vertidas a ese formato de brevedad espacial y riqueza de contenidos, una selección de sentencias que ha recogido bajo el título de La más cruel de las certezas.
Este trabajo, editado por la editorial Baile del sol en su colección Textos del desorden, será presentado el próximo jueves, 14 de noviembre, en la Librería Letras de Ávila, a partir de las 20,00 horas, con la entrada libre
En este libro, que la escritora Victoria Camps (prologuista) ha saludado afirmando que «entre la filosofía y la poesía, Mario Pérez Antolín muestra con su escritura que el pensamiento es capaz de emocionar», el escritor habla de asuntos tan diferentes, pero no tan ajenos entre sí sino todo lo contrario, como el poder, la muerte, la soledad, el sexo, la literatura, la sociología…, para sumar medio millar de frases o párrafos en los que guarda en pocas palabras la intensidad de una reflexión valiente, muchas veces resuelta con un giro argumental inesperado. En ese amplio margen de escritos de diferente inspiración caben breves aforismos, microrrelatos, prosas poéticas, pequeños poemas y algún que otro pequeño ensayo, sumándose todo ello en un corpus coherente e irreverente con cualquier tipo de poder que, entre otras cosas, «preconiza un humanismo escéptico y complejo, manifiestamente impregnado de melancolía, que sin embargo no cae en el nihilismo por la certeza que se pone en la reivindicación, contra cualquier obstrucción, de la libertad humana».
«Una sociedad amedrentada se hace vulnerable; por eso los poderes exageran siempre las situaciones de riesgo. Después del pánico viene la sumisión», «y qué decir de esos estranguladores del pensamiento que separan en dos grupos las ideas: patógenas y tolerables», «con los años la indiferencia gana terreno; la experiencia nos enseña que, tratándose del laberinto de las novedades, siempre salimos por donde entramos». Éstos son tres de los aforismos que llenan este libro, que abre sus páginas no sólo para conocer mejor a quien lo escribió sino también para desenmascarar un poco al mundo.

http://www.diariodeavila.es/noticia/ZD1BF330C-F8EA-C58B-0F508749B504EE51/20131111//perez/antolin/publica/mas/cruel/certezas/nuevo/libro/aforismos

lunes, 28 de octubre de 2013


AFORISMOS FELICES

RESEÑA EN EL SUPLEMENTO CULTURAL DEL ABC DE CASTILLA Y LEÓN
"La más cruel de las certezas" de Mario Pérez Antolín

Antonio Piedra 26/10/2013
 
Hace meses, los lectores de Castilla y León oyeron a Mario Pérez Antolín lanzar una afirmación dudosa o cuando menos extraña: que se retiraba de la creación poética. No creí en semejante renuncia, pues uno de los autores más representativos de la antología Sentados o de pie, 9 poetas en su sitio era precisamente él y, además, con una filiación entusiasta y de continuidad impecable. Pero atando ahora los cabos sueltos a los lazos de un compañerismo auténtico, entiendo su determinación. Efectivamente, la recopilación que en 2010 se hizo de toda su obra poética sonaba a repliegue estratégico. Con la publicación en 2011 de su libro Profanación del poder, todos entendimos que el poeta cedía protagonismo al filósofo que siempre se solapó en cada uno de sus versos.
Con la reciente publicación de su libro La más cruel de las certezas –que prologa Victoria Camps y edita Ediciones Baile del Sol–, la evidencia casa con esa realidad que ya Goethe asumía como inevitable en la conciencia de un verdadero escritor: que “los pensamientos vuelven, las convicciones retoñan; los estados pasan irrevocablemente”. Este libro de aforismos representa una apuesta sin retorno porque estamos hablando de una autenticidad que, posiblemente, ni el propio poeta había sospechado: “Seguramente –dice en una declaración sin red– yo debería haber sido otra persona, tal vez un jíbaro reductor de cabezas o un gentleman con chistera y bastón; pero me quedé en escritor... Ya no tengo otra alternativa que aceptarme, malvender lo poco que resta de mi patrimonio y esperar que nadie se parezca jamás a mí”. En resumen: que resbalamos por el filo cortante de una historia nada complaciente y atípica que se llama aforismo.
Desde Hipócrates a nuestros días, el aforismo ha concretado la filosofía de lo breve en un mínimo de periodos pero con un máximo de ideas. Filósofos de todos los tiempos, científicos, místicos, artistas e incluso políticos, han acudido a esta síntesis del vuelo que evita argumentos inútiles para abordar problemas prácticos. Dicho así parece una simplificación más. Pero como género supone una senda tan restrictiva que sólo inteligencias bien dotadas dirimen de un plumazo la convivencia entre el conceptualismo más abstracto y la experiencia más vital. La inmensa mayoría de los aforistas no resiste una lectura amable: unos embarrancan con el ingenio y otros patinan con la verdad. Son contados los que logran hilvanar pensamiento y naturaleza a una razón cabal que prenda, además, en una belleza arraigada. Por esto mismo, la intensidad del aforismo suele hacer trizas las prospecciones del escritor más templado.
En esta deriva lúcida e inmisericorde se afinca, precisamente, el aforismo que define el pensamiento compacto de Mario Pérez Antolín. Empezar la lectura de La más cruel de las certezas parece tarea fácil, pues da la sensación de entrar en una crónica de “ingrávida desenvoltura”, como dice el propio autor. Pero la comodidad resulta ficticia de inmediato como ocurre en toda ciencia que no emplea el rodeo. Lo cierto es que al final se sale de cada aforismo –medio millar con temática variada y seductora– tocado y sin resuello. Primero,  porque es imposible dejar su lectura sin interrumpir eso que llamaba Schopenhauer –uno de los aforistas más torrenciales y directos de la historia– la comprensión de un problema. Y en segundo término, porque la crueldad de esa certeza no es tan dramática como se piensa: coincide con las verdades “que todos huyen y por la que todos sufren” –dice su autor– y que Voltaire resumía como “una broma pesada” de la eternidad recurrente y de la cotidianidad más baladí.
El discurso filosófico de esta crueldad serena, que acoge Mario Pérez Antolín en su libro, y que divide metódicamente en seis partes, recorre las estancias básicas del conocimiento y de la condición humana. Nada ni nadie –ni siquiera el autor– se salva de esa rectitud desenvuelta y profunda. Extraña la tensión contenida de éste su segundo libro de aforismos. Hay en él una madurez y maestría trazadas con tiralíneas: cínico como el mejor Catulo, despegado de lo terrenal con la grandeza de Marco Aurelio, centrado en el hombre pero más allá de sí mismo a lo Montaigne, inquietante como la caña pensante de Pascal, despegado del peligro de vivir como Nietzsche,  incómodo como un arrumaco existencialista de Schopenhauer y, al tiempo, de una serenidad rotunda como el Guillén más lírico que inquiere en las ontologías poéticas. Bienvenido al aforismo donde nada sobra y todo aprovecha si, como aquí, al pensamiento lo atraviesa una pasión cabal.
 

domingo, 20 de octubre de 2013


RESEÑA EN TODOLITERATURA.ES

"La más cruel de las certezas" de Mario Pérez Antolín

Felipe Velasco 10/10/2013
Mario Pérez Antolín nos ofrece ahora, en la colección Textos del desorden de la editorial Baile del Sol, La más cruel de las certezas, una nueva recopilación de aforismos, más acabada y rotunda, si cabe, que la primera entrega, Profanación del Poder, que causó una gran sorpresa y fue avalada por un elogioso prólogo de Eugenio Trías y por una crítica unánimemente favorable.

Poder, sexo, muerte, ética, estética, literatura, metafísica, sociología, psicología son materias que van reiterándose y alternándose hasta construir un cuerpo de pensamiento hermosamente expresado. Se dice que quien escribe bien es porque piensa bien. Y eso sucede en estos escritos de Mario Pérez Antolín. En sus más de medio millar de aforismos conviven textos de muy diferente factura, desde los abiertamente sentenciosos, pasando por microrrelatos, prosas poéticas e incluso algún breve poema, hasta pequeñísimos ensayos que mantienen la unidad de estilo al abordar los temas a partir de la mínima unidad de expresión y sentido.
De este modo, podemos encontrarnos con textos de lo más variado, desde escritos compuestos por una única oración que ocupe ella sola una página entera hasta pasajes de varias frases que no van más allá de las tres o cuatro líneas, Y la realidad es que Mario Pérez Antolín no necesita nada más para decir lo que quiere transmitirnos a los lectores.
El libro está plagado de múltiples estilos e influencias literarias, pero sobre todas ellas destaca un humanismo profundo, reflexivo, escéptico y complejo, impregnado de melancolía en la mayor parte de las páginas pero sin caer nunca en el nihilismo, ya que el autor no deja de lado en ningún momento a la dignidad humana, la cual defiende de principio a fin aunque cada vez sea un aspecto que en la realidad de nuestros días se vaya valorando cada vez menos.
Así, el hilo conductor que une todos y cada uno de los fragmentos o epigramas que constituyen La más cruel de las certezas es una defensa arraigada del antipoder, frente a cualquier fe, moral o ideología que atente o socave en modo alguna la dignidad humana. De esta manera, Mario Pérez Antolín defiende que la eliminación de todas estas certezas contrarias a la dignidad del hombre es la única manera que tenemos de alcanzar un pensamiento liberador, siendo éste el propósito principal y fundamental de este libro. Y defiende dicho propósito sin tapujos ni inútiles circunloquios que restarían contundencia a lo directo y sencillo de sus frases. No tiene pelos en la lengua a la hora de dejar las cosas claras ni de reflejar la realidad tal y como es, por lo que no se esconde detrás de un exuberante lirismo que le desviaría de centrarse en su propósito fundamental.
En definitiva, estamos ante una hermosa recopilación de aforismos, donde el pensamiento filosófico surge mediante un estilo de alto valor literario y huye del lenguaje retórico y enrevesado que es característico de la mayoría de los filósofos.

http://www.todoliteratura.es/criticas-literarias/literatura/filosofia/aforismos/mario-perez-antolin/la-mas-cruel-de-las-certezas/editorial-baile-del-sol/2804

Reseña en el Diario de León

LÚCIDO ANÁLISIS DE LA REALIDAD
La más cruel de las certesas. Editorial Baile del Sol

Manuel Cuenya 20/10/2013

Con prosa poética, depurada, esencial, y buenas dosis de pensamiento crítico, Mario Pérez Antolín nos sacude las vísceras y nos introduce de lleno en el saber con este volumen, La más cruel de las certezas (Baile del Sol, 2013), en clara referencia a la muerte. «Sólo la muerte es perfecta», escribe este filósofo, nacido en Alemania, que reside y trabaja en Ávila.
Se trata de un libro estructurado en cinco capítulos y compuesto por textos breves, en ocasiones hiper-breves, entre los que encontramos aforismos (algunos de los cuales han sido traducidos al árabe), microrrelatos, poemas, entre otros, que nos invitan y ayudan a reflexionar sobre el mundo convulso y deshumanizado en el que vivimos. «Una sociedad amedrentada se hace vulnerable; por eso los poderosos exageran las situaciones de riesgo. Después del pánico viene la sumisión», escribe el autor, que aborda, con espíritu harto escéptico, los grandes temas de la Humanidad, a saber, la libertad, la felicidad, el amor/desamor, el sexo, la vejez, la memoria, el poder o la muerte.
Deudor de los aforismos del maestro Eugenio Trías, quien le prologara su libro Profanación del poder, así como las sentencias del demoledor Karl Kraus, y aun de las greguerías de Ramón Gómez de la Serna, Mario Pérez Antolín nos ofrece ahora La más cruel de las certezas, que en este caso prologa la intelectual Victoria Camps, «cuyo pensamiento es capaz de emocionar». Estamos, pues, ante un lúcido y apasionante análisis de la realidad de nuestro tiempo, de la realidad universal, en la que tienen cabida la política, la religión, la ética, la economía, la ciencia, la técnica, el arte..., un libro escrito «con una poesía que piensa y una filosofía que emociona».

http://www.diariodeleon.es/noticias/filandon/lucido-analisis-de-realidad_836602.html
 


domingo, 6 de octubre de 2013

VENECIA


He dejado de compartir la opinión mayoritaria que incluso cuando acierta se equivoca. Empiezan a seducirme los sistemas inestables y problemáticos, y, por principio, reniego de los principios. Ya no acepto la disciplina ni el orden natural de las cosas. Soy alérgico a las consignas y sospechoso de transfuguismo. No soy de fiar porque no me fío de quien exige mi adhesión inquebrantable. Voy a contracorriente para desovar mis ideas antes de que me las impongan.

martes, 23 de julio de 2013

CONJURAR LA BARBARIE


JAVIER DÁMASO

No es casual que en un tiempo de barbarie e incertidumbre, como el actual, de pronto, en un par de años desde que Mario Pérez Antolín, autor de este su segundo y excelente libro de aforismos, publicara el primero (Profanación del Poder, 2011), se haya producido una verdadera eclosión del género. Sin duda, ha contribuido a ello la reciente publicación por la editorial Trea de la antología elaborada por el profesor de la Universidad de Valladolid José Ramón González, Pensar por lo breve. Aforística española de entresiglos. Antología 1980-2012, pero esta obra es más la expresión de un síntoma que su causa. El aforismo goza de plena salud. Como género literario, ofrece una fórmula reflexiva, provocadora, asertiva que, pese a los interrogantes que es susceptible de abrir, da seguridad, pues proporciona una racionalidad que persigue poner en orden el mundo.

 
Y el nuevo libro de Mario Pérez Antolín, La más cruel de las certezas, es un buen ejemplo de la actualidad del aforismo y de su eficacia como medio de expresar una racionalidad frente al desorden. Resulta curioso que como instrumento para conjurar la barbarie actual, dos escritores consagrados, como Mario Vargas Llosa y Alessandro Baricco, hayan escrito con una diferencia de cuatro años sendos libros bárbaros (La civilización del espectáculo, en 2012, el primero, y Los bárbaros. Ensayo sobre la mutación, en 2008, el segundo). Y digo bárbaros, porque ambos libros son en realidad una recopilación un poco elaborada de artículos de prensa, lo que da como resultado unos libros “afables”, de consumo, que luego se olvidan con la misma facilidad que se engulleron. Un buen modo de calmar su conciencia y de hacer dinero a cuenta de la barbarización, contribuyendo un poco más a ella.

 
El libro de Mario Pérez Antolín procede de un modo muy diferente, pues en sus páginas, aforismo tras aforismo, como un lento goteo de lluvia fina que cala hasta los huesos, va destilando un pensamiento hermosamente escrito, al modo de un largo poema que va lanzando pequeños dardos de reflexión que sorprenden y tocan al lector.

 
Las materias a las que se refieren sus aforismos son de variada temática. “Poder, sexo, muerte, ética, estética, literatura, metafísica, sociología, psicología”, recoge el breve resumen de la contraportada. Pero también amor, dinero, economía, usos sociales, religión. Como el Zibaldone de pensamientos de Leopardi o los escritos de los autores clásicos, un Aulo Gelio, en sus Noches áticas, el texto de Pérez Antolín recorre la vida misma en sus variadas facetas, de forma que los breves textos aparecen aquí como fragmentos de un todo que se construye como un calidoscopio, configurando una estructura plural y multicolor, de raíz poética, pero de expresión filosófica y estilo en muchas ocasiones narrativo. La pluralidad de temas y matices se entrelazan y continuamente sorprenden a través del impacto del razonamiento recogido en cada aforismo, que como saetas van dejando su huella consecutivamente en el lector. Los títulos de los capítulos recuerdan a veces a Cioran (“En las simas del pensamiento”), a veces a Beckett o incluso a Guillén (el poeta del 27, el bueno, como dijera, si se me permite la broma, Octavio Paz).

 
El resultado final, entre el calidoscopio y el dibujo de una falla tectónica cortada al bies, es una suma de pensamientos que a modo de colores superpuestos o de estratos, van saliendo a la superficie como si se exhumaran en una excavación arqueológica. Escepticismo y melancolía se conjugan para defender la dignidad del hombre. No se dice cual es la más cruel de las certezas, pero bien pudiera ser la creciente barbarización de nuestras sociedades, que este hermoso opúsculo persigue conjurar con lo que el hombre es según la definición científica, homo sapiens, el pensamiento.

 

 

viernes, 31 de mayo de 2013


LA MÁS CRUEL DE LAS CERTEZA


Tras la sorpresa que causó Profanación del Poder (enero de 2011) y su éxito editorial (apareció inmediatamente antes del boom que sin duda se ha producido en nuestro país en los últimos dos años con el aforismo, avalado por un elogioso prólogo de Eugenio Trías y por una crítica unánimemente favorable), Mario Pérez Antolín nos ofrece ahora LA MÁS CRUEL DE LAS CERTEZAS, una nueva recopilación de aforismos, más acabada y rotunda, si cabe, que la primera entrega.

 Poder, sexo, muerte, ética, estética, literatura, metafísica, sociología, psicología son materias que van reiterándose y alternándose hasta construir un cuerpo de pensamiento hermosamente expresado. Se dice que quien escribe bien es porque piensa bien. Y eso sucede en estos escritos de Mario Pérez Antolín. En sus más de medio millar de aforismos conviven textos de muy diferente factura, desde los abiertamente sentenciosos, pasando por microrelatos, prosas poéticas e incluso algún breve poema, hasta pequeñísimos ensayos que mantienen la unidad de estilo al abordar los temas a partir de la mínima unidad de expresión y sentido.

 El libro preconiza un humanismo escéptico y complejo, manifiestamente impregnado de melancolía, que sin embargo no cae en el nihilismo por el énfasis que se pone en la reivindicación, contra cualquier obstrucción, de la dignidad humana. Desde esta perspectiva, el hilo conductor de toda la composición es una apología del antipoder, frente a cualesquiera fe, moral o ideología que ponga en solfa esa dignidad. De modo que la ruptura de las falsas certezas se presenta como la única vía hacia un pensamiento emergentista y liberador, propósito último y fundamental de este libro.

 En resumen, estamos ante una hermosa recopilación de aforismos, donde el pensamiento filosófico se destila en una expresión de alto valor literario y huye del lenguaje retórico y enrevesado que Walter Benjamin calificaba como la “jerga de rufianes” de los filósofos.

 Como señala Victoria Camps en el Prólogo: “Entre la filosofía y la poesía, Pérez Antolín muestra con su escritura que el pensamiento es capaz de emocionar al dejar de ser ese discurso árido que sólo sabe enlazar abstracciones y nos distancia del mundo”.

sábado, 27 de abril de 2013

PENSAR POR LO BREVE


José Ramón González (profesor de literatura de la Universidad de Valladolid) ha publicado un libro que bajo el título de Pensar por lo breve (editorial TREA) recoge un estudio y una antología de la aforística española de entresiglos (1980-2012). Yo soy uno de los escritores seleccionados junto a Carlos Edmundo de Ory, Sánchez Ferlosio, Eugenio Trías, Rafael Argullol, Andrés Trapiello, Carlos Marzal, Andrés Neuman, etc. Espero que disfrutéis con este libro si cae en vuestras manos. A mí me parece una obra indispensable para adentrarse en este género literario.

PENSAR POR LO BREVE


sábado, 13 de abril de 2013

SENTADOS O DE PIE. 9 POETAS EN SU SITIO. ANTOLOGÍA


DIARIO DE ÁVILA

La antología "Sentados o de pie" recoge varios poemas de Mario Pérez Antolín

D. Casillas - lunes, 08 de abril de 2013
 
El abulense Mario Pérez Antolín ha sido elegido para formar parte de una antología lírica que, bajo el título Sentados o de pie, 9 poetas en su sitio, viene a descubrir o reivindicar «un grupo poético de afinidades coyunturales» ubicados en Valladolid que completan Luis Díaz Viana, Luis Alonso García, Luis Santana, Luis Ángel Lobato Valdés, Luis del Álamo Vaquero, Carlos Medrano, Eduardo Fraile Valles y Javier Dámaso.
De Pérez Antolín, el benjamín del grupo, dice Antonio Piedra en el prólogo del libro que «sus intereses estéticos, marcados por la observación directa de las cosas y por la inmediatez de los acontecimientos le convierten en un hegeliano flexivo que deslinda el saber inmediato del absoluto». El puñado de versos seleccionados para esta antología muestran a un poeta reflexivo que no por estar apegado a la realidad renuncia a superar sus estrechos límites con una amplitud de miras en la que siempre se percibe un poso de cultura clásica.
Buena muestra de esa selección es el poema Paternidad, de su libro El amor, nada más; el poder, a veces: «Hoy, mientras veo a mi hijo/ atrapar lagartijas en el jardín,/ te veo verme,/ y acuso el golpe que te dio en mis costillas/ la calavera hueca./ Soy como eras cuando abrazo a tu nieto/ que no sentiste, pero amaste al amarme./ Repito los consejos que me has legado/ para que los comprenda el injerto que me hicieras/ en el baipás heráldico de tu simiente marchita./ Soy, a través del tiempo, todos los huérfanos/ cuando acaricio al vástago que me diste./ Siento el vapor ancestral del padre ausente./ Quiero recomponer tu presencia, ahora,/ con los frágiles huesitos que enterré en el estiércol/ doméstico de nuestra vida futura./ Terminaré este puzzle aunque no tenga la pieza/ que te llevaste en tu fuga temprana».

domingo, 10 de febrero de 2013


Hubo reyes que decidieron el día de una batalla dependiendo de lo que aconsejara el mapa del cielo, y otros, como Carlos II de Inglaterra, que consultaron al astrólogo para saber cuándo debían dirigirse al Parlamento.
Las fases de la luna fijaban el momento en que sembrar un huerto o practicar una sangría. En el horóscopo encontraban muchos hombres escrito lo que aún tenían que vivir. Los cometas y los eclipses presagiaban múltiples calamidades según las profecías.
Hoy las predicciones se realizan utilizando medios más sofisticados: satélites, simulaciones estadísticas, estudios de mercado y planes estratégicos que nos resultan igual de incomprensibles y herméticos. Pero no ha cambiado nuestro interés por conocer lo que nos espera y seguimos cautivos del temor a lo desconocido que, con tanta facilidad, aprovechan los adivinos para desvelarnos un futuro amañado, a cambio de poner en sus manos un presente prometedor.

martes, 15 de enero de 2013

Un testamento es un ajuste de cuentas del que nadie nos pedirá cuentas.

 

 

 
Tarde o temprano, bien por una crisis energética o por una sobreproducción de residuos, acabaremos en los fríos brazos de la entropía. Ésa será nuestra contribución al equilibrio termodinámico.

 

 

 
A qué tanta prisa para bajar del árbol, fabricar herramientas, cultivar la tierra y viajar al espacio si, en cualquier momento, un acontecimiento inesperado y fortuito puede hacer que todo comience de nuevo sin nosotros.