BLOG LITERIO DE MARIO PÉREZ ANTOLÍN







lunes, 28 de octubre de 2013


AFORISMOS FELICES

RESEÑA EN EL SUPLEMENTO CULTURAL DEL ABC DE CASTILLA Y LEÓN
"La más cruel de las certezas" de Mario Pérez Antolín

Antonio Piedra 26/10/2013
 
Hace meses, los lectores de Castilla y León oyeron a Mario Pérez Antolín lanzar una afirmación dudosa o cuando menos extraña: que se retiraba de la creación poética. No creí en semejante renuncia, pues uno de los autores más representativos de la antología Sentados o de pie, 9 poetas en su sitio era precisamente él y, además, con una filiación entusiasta y de continuidad impecable. Pero atando ahora los cabos sueltos a los lazos de un compañerismo auténtico, entiendo su determinación. Efectivamente, la recopilación que en 2010 se hizo de toda su obra poética sonaba a repliegue estratégico. Con la publicación en 2011 de su libro Profanación del poder, todos entendimos que el poeta cedía protagonismo al filósofo que siempre se solapó en cada uno de sus versos.
Con la reciente publicación de su libro La más cruel de las certezas –que prologa Victoria Camps y edita Ediciones Baile del Sol–, la evidencia casa con esa realidad que ya Goethe asumía como inevitable en la conciencia de un verdadero escritor: que “los pensamientos vuelven, las convicciones retoñan; los estados pasan irrevocablemente”. Este libro de aforismos representa una apuesta sin retorno porque estamos hablando de una autenticidad que, posiblemente, ni el propio poeta había sospechado: “Seguramente –dice en una declaración sin red– yo debería haber sido otra persona, tal vez un jíbaro reductor de cabezas o un gentleman con chistera y bastón; pero me quedé en escritor... Ya no tengo otra alternativa que aceptarme, malvender lo poco que resta de mi patrimonio y esperar que nadie se parezca jamás a mí”. En resumen: que resbalamos por el filo cortante de una historia nada complaciente y atípica que se llama aforismo.
Desde Hipócrates a nuestros días, el aforismo ha concretado la filosofía de lo breve en un mínimo de periodos pero con un máximo de ideas. Filósofos de todos los tiempos, científicos, místicos, artistas e incluso políticos, han acudido a esta síntesis del vuelo que evita argumentos inútiles para abordar problemas prácticos. Dicho así parece una simplificación más. Pero como género supone una senda tan restrictiva que sólo inteligencias bien dotadas dirimen de un plumazo la convivencia entre el conceptualismo más abstracto y la experiencia más vital. La inmensa mayoría de los aforistas no resiste una lectura amable: unos embarrancan con el ingenio y otros patinan con la verdad. Son contados los que logran hilvanar pensamiento y naturaleza a una razón cabal que prenda, además, en una belleza arraigada. Por esto mismo, la intensidad del aforismo suele hacer trizas las prospecciones del escritor más templado.
En esta deriva lúcida e inmisericorde se afinca, precisamente, el aforismo que define el pensamiento compacto de Mario Pérez Antolín. Empezar la lectura de La más cruel de las certezas parece tarea fácil, pues da la sensación de entrar en una crónica de “ingrávida desenvoltura”, como dice el propio autor. Pero la comodidad resulta ficticia de inmediato como ocurre en toda ciencia que no emplea el rodeo. Lo cierto es que al final se sale de cada aforismo –medio millar con temática variada y seductora– tocado y sin resuello. Primero,  porque es imposible dejar su lectura sin interrumpir eso que llamaba Schopenhauer –uno de los aforistas más torrenciales y directos de la historia– la comprensión de un problema. Y en segundo término, porque la crueldad de esa certeza no es tan dramática como se piensa: coincide con las verdades “que todos huyen y por la que todos sufren” –dice su autor– y que Voltaire resumía como “una broma pesada” de la eternidad recurrente y de la cotidianidad más baladí.
El discurso filosófico de esta crueldad serena, que acoge Mario Pérez Antolín en su libro, y que divide metódicamente en seis partes, recorre las estancias básicas del conocimiento y de la condición humana. Nada ni nadie –ni siquiera el autor– se salva de esa rectitud desenvuelta y profunda. Extraña la tensión contenida de éste su segundo libro de aforismos. Hay en él una madurez y maestría trazadas con tiralíneas: cínico como el mejor Catulo, despegado de lo terrenal con la grandeza de Marco Aurelio, centrado en el hombre pero más allá de sí mismo a lo Montaigne, inquietante como la caña pensante de Pascal, despegado del peligro de vivir como Nietzsche,  incómodo como un arrumaco existencialista de Schopenhauer y, al tiempo, de una serenidad rotunda como el Guillén más lírico que inquiere en las ontologías poéticas. Bienvenido al aforismo donde nada sobra y todo aprovecha si, como aquí, al pensamiento lo atraviesa una pasión cabal.
 

domingo, 20 de octubre de 2013


RESEÑA EN TODOLITERATURA.ES

"La más cruel de las certezas" de Mario Pérez Antolín

Felipe Velasco 10/10/2013
Mario Pérez Antolín nos ofrece ahora, en la colección Textos del desorden de la editorial Baile del Sol, La más cruel de las certezas, una nueva recopilación de aforismos, más acabada y rotunda, si cabe, que la primera entrega, Profanación del Poder, que causó una gran sorpresa y fue avalada por un elogioso prólogo de Eugenio Trías y por una crítica unánimemente favorable.

Poder, sexo, muerte, ética, estética, literatura, metafísica, sociología, psicología son materias que van reiterándose y alternándose hasta construir un cuerpo de pensamiento hermosamente expresado. Se dice que quien escribe bien es porque piensa bien. Y eso sucede en estos escritos de Mario Pérez Antolín. En sus más de medio millar de aforismos conviven textos de muy diferente factura, desde los abiertamente sentenciosos, pasando por microrrelatos, prosas poéticas e incluso algún breve poema, hasta pequeñísimos ensayos que mantienen la unidad de estilo al abordar los temas a partir de la mínima unidad de expresión y sentido.
De este modo, podemos encontrarnos con textos de lo más variado, desde escritos compuestos por una única oración que ocupe ella sola una página entera hasta pasajes de varias frases que no van más allá de las tres o cuatro líneas, Y la realidad es que Mario Pérez Antolín no necesita nada más para decir lo que quiere transmitirnos a los lectores.
El libro está plagado de múltiples estilos e influencias literarias, pero sobre todas ellas destaca un humanismo profundo, reflexivo, escéptico y complejo, impregnado de melancolía en la mayor parte de las páginas pero sin caer nunca en el nihilismo, ya que el autor no deja de lado en ningún momento a la dignidad humana, la cual defiende de principio a fin aunque cada vez sea un aspecto que en la realidad de nuestros días se vaya valorando cada vez menos.
Así, el hilo conductor que une todos y cada uno de los fragmentos o epigramas que constituyen La más cruel de las certezas es una defensa arraigada del antipoder, frente a cualquier fe, moral o ideología que atente o socave en modo alguna la dignidad humana. De esta manera, Mario Pérez Antolín defiende que la eliminación de todas estas certezas contrarias a la dignidad del hombre es la única manera que tenemos de alcanzar un pensamiento liberador, siendo éste el propósito principal y fundamental de este libro. Y defiende dicho propósito sin tapujos ni inútiles circunloquios que restarían contundencia a lo directo y sencillo de sus frases. No tiene pelos en la lengua a la hora de dejar las cosas claras ni de reflejar la realidad tal y como es, por lo que no se esconde detrás de un exuberante lirismo que le desviaría de centrarse en su propósito fundamental.
En definitiva, estamos ante una hermosa recopilación de aforismos, donde el pensamiento filosófico surge mediante un estilo de alto valor literario y huye del lenguaje retórico y enrevesado que es característico de la mayoría de los filósofos.

http://www.todoliteratura.es/criticas-literarias/literatura/filosofia/aforismos/mario-perez-antolin/la-mas-cruel-de-las-certezas/editorial-baile-del-sol/2804

Reseña en el Diario de León

LÚCIDO ANÁLISIS DE LA REALIDAD
La más cruel de las certesas. Editorial Baile del Sol

Manuel Cuenya 20/10/2013

Con prosa poética, depurada, esencial, y buenas dosis de pensamiento crítico, Mario Pérez Antolín nos sacude las vísceras y nos introduce de lleno en el saber con este volumen, La más cruel de las certezas (Baile del Sol, 2013), en clara referencia a la muerte. «Sólo la muerte es perfecta», escribe este filósofo, nacido en Alemania, que reside y trabaja en Ávila.
Se trata de un libro estructurado en cinco capítulos y compuesto por textos breves, en ocasiones hiper-breves, entre los que encontramos aforismos (algunos de los cuales han sido traducidos al árabe), microrrelatos, poemas, entre otros, que nos invitan y ayudan a reflexionar sobre el mundo convulso y deshumanizado en el que vivimos. «Una sociedad amedrentada se hace vulnerable; por eso los poderosos exageran las situaciones de riesgo. Después del pánico viene la sumisión», escribe el autor, que aborda, con espíritu harto escéptico, los grandes temas de la Humanidad, a saber, la libertad, la felicidad, el amor/desamor, el sexo, la vejez, la memoria, el poder o la muerte.
Deudor de los aforismos del maestro Eugenio Trías, quien le prologara su libro Profanación del poder, así como las sentencias del demoledor Karl Kraus, y aun de las greguerías de Ramón Gómez de la Serna, Mario Pérez Antolín nos ofrece ahora La más cruel de las certezas, que en este caso prologa la intelectual Victoria Camps, «cuyo pensamiento es capaz de emocionar». Estamos, pues, ante un lúcido y apasionante análisis de la realidad de nuestro tiempo, de la realidad universal, en la que tienen cabida la política, la religión, la ética, la economía, la ciencia, la técnica, el arte..., un libro escrito «con una poesía que piensa y una filosofía que emociona».

http://www.diariodeleon.es/noticias/filandon/lucido-analisis-de-realidad_836602.html
 


domingo, 6 de octubre de 2013

VENECIA


He dejado de compartir la opinión mayoritaria que incluso cuando acierta se equivoca. Empiezan a seducirme los sistemas inestables y problemáticos, y, por principio, reniego de los principios. Ya no acepto la disciplina ni el orden natural de las cosas. Soy alérgico a las consignas y sospechoso de transfuguismo. No soy de fiar porque no me fío de quien exige mi adhesión inquebrantable. Voy a contracorriente para desovar mis ideas antes de que me las impongan.